No hace falta mucho para excitar a un hombre:
Un milímetro de piel entre la camiseta y el vaquero, y él ya te imagina desnuda. ¡Bingo! ¡Preparados para la acción! Las estadísticas muestran que la mayoría de los hombre piensan en sexo a lo largo del día, así que están dispuestos a asociar cualquier cosa al tema. Cuándo tu chico llega a casa, la tentación sexual se habrá ido acumulando, así que están preparados para la acción.
Las mujeres, sin embargo funcionamos de otra manera:
nosotras pensamos en sexo solo cuando llega el momento y no solemos dejar que detalles aparentemente no sexuales detonen nuestros pensamientos.
¡Otra cosa a cambiar! Deberíamos aprender a fijarnos en esos pequeños detalles y permitir que despierten nuestras fantasías más salvajes. Esa anticipación hará que, cuando por fin estés con él, la excitación suba a cimas insospechadas.
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