Chicas buenas o malas




















Para Chicas Buenas:

¿Necesitas un poco de inspiración?

Kimbaku: Se trata de una antigua práctica Japonesa que utiliza complejas técnicas para atar a los hombre y mujeres en posturas eróticas. Incluye el “Bondage de pecho” , que consiste en apretar y levantar los senos ( y nosotras creíamos que el Wonderbra era un invento revolucionario).

¿Por qué resulta excitante?

Estar atado “intensifican las sensaciones de tu cuerpo”, eso si, ambas partes debéis ser sinceros y hacerlo sólo si los dos estáis de acuerdo.

Más divertido, menos fetichista:

Alunas prácticas del bondage requieren un buen control sobre esta técnica, pero existen una versiones más Light que sin duda os puede resultar igual de excitante.

¿Por qué resulta excitante?

El satén es visual y también es táctil, así que estimula los sentidos. El satén invita a tocar, a rozar, nos ayuda a apreciar más el cuerpo. Nos invita a tomarnos nuestro tiempo en el sexo.

Más divertido, menos fetichista:

Ata un pañuelo de seda alrededor de tu muslo y pídele que te lo quite con los dientes. Luego recorre todo su cuerpo con él. También puedes meter unas medias de seda en el refrigerador durante media hora. La seda fría provoca increíbles sensaciones en su piel … y en la tuya.

2. Masaje Yori:

“Yori es una antigua palabra india que significa vagina. Resumiendo, esta técnica ancestral consiste en un masaje en la vagina, el punto G y el clítoris, realizado por un masajista experto.

Se dice que esta terapia ayuda acabar con el bloqueo emocional y facilita alcanzar el orgasmo.

¿Porque resulta excitante?

Puede curar problemas emocionales y sexuales, pero sobre todo, provocar un enorme placer. Aunque el orgasmo no es el objetivo del masaje, puede resultar beneficioso para las mujeres que tienen problemas para alcanzar el clímax.

Más divertido, menos fetichista:

Ayuda a tu chico. Haz que te dé un masaje en la zona púbica con la palma de una mano antes de introducir dos dedos en tu vagina. A continuación, indícale que frote las partes superior e inferior del interior de la vagina para después subir al punto G, que es la zona más sensible. Enséñale también a apretar suavemente tu clítoris y a estimularlo en movimientos circulares con sus dedos.

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